miércoles, 20 de mayo de 2009

MI CONFRONTACIÓN CON LA DOCENCIA

Mi profesión de origen, fue cuando me inicié como profesor en el subsistema de Telesecundaria, después de haber cursado una nivelación pedagógica y haber egresado de la Normal Superior en la especialidad de Ciencias Sociales. Fui maestro de Telesecundaria porque en los a os ochenta el subsistema se inició en el estado de Zacatecas y así se presento la oportunidad para que ingresara al mismo, pero al mismo tiempo sentí atracción por la profesión porque muchos de mis familiares fueron y algunos todavía son maestros, por ello considero que ese ambiente fue determinante para que incursionara en esta noble profesión.

Y siento que es una noble profesión, porque a medida que fui laborando en la misma, fui experimentando que ser maestro, significa adentrarse precisamente en una noble tarea que enaltece al docente, siempre y cuando que su trabajo se efectúe de una manera responsable y digna convirtiéndose en un guía y en un ejemplo para su control de trabajo y de su comunidad donde labore.

Por otro lado, mi actividad como docente en educación media superior, significa un compromiso para con el medio social en que me desenvuelvo y especialmente para con esa juventud que es la materia prima que tratamos de elaborar para que se convirtiera en elemento útil a su comunidad, a su estado y a su país.

Los motivos de satisfacción que tengo hasta ahora es haber tratado de cumplir con las diferentes actividades que señalan los respectivos objetivos de los programas de las asignaturas que manejo y demás actividades extraescolares y a su vez de sentir el agradecimiento por parte de mis alumnos cuando en una determinada clase, siento que queda un aprendizaje significativo en ellos. Pero al mismo tiempo, debo reconocer que también he tenido motivos de insatisfacción, y ellos se dan guía cuando se utiliza la improvisación y una mala planeación que trae consigo que los resultados no sean favorables en nuestra labor docente.

Espero que esta narración sea útil para el proceso en que se desarrolla este curso, no sin antes enviar un saludo atento y cordial para mi tutora y a mis compañeros de grupo. Gracias y hasta la próxima.

LA AVENTURA DE SER MAESTRO

La aventura de ser maestro

José M. Esteve
Universidad de Málaga
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Ponencia presentada en las XXXI Jornadas de Centros Educativos
Universidad de Navarra. 4 de febrero de 2003
Tras veinticinco años de recorrido profesional, el autor afirma que se aprende a ser profesor por ensayo y por error[p1] . En el camino deben sortearse distintas dificultades, como elaborar tu propia identidad profesional, dominar las técnicas básicas para ser un buen interlocutor, resolver el problema de la disciplina y adaptar los contenidos al nivel de conocimiento del alumnado.
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La enseñanza es una profesión ambivalente[p2] . En ella te puedes aburrir soberanamente, y vivir cada clase con una profunda ansiedad; pero también puedes estar a gusto, rozar cada día el cielo con las manos, y vivir con pasión el descubrimiento que, en cada clase, hacen tus alumnos.
Como casi todo el mundo, yo me inicié en la enseñanza con altas dosis de ansiedad; quizás porque, como he escrito en otra parte, nadie nos enseña a ser profesores y tenemos que aprenderlo nosotros mismos por ensayo y error. Aún me acuerdo de mi primer día de clase: toda mi seguridad superficial se fue abajo al oír una voz femenina a mi espalda: “¡Qué cara de crío. A éste nos lo comemos!”. Aún me acuerdo de mi miedo a que se me acabara la materia que había preparado para cada clase, a que un alumno me hiciera preguntas comprometidas, a perder un folio de mis apuntes y no poder seguir la clase... Aún me acuerdo de la tensión diaria para aparentar un serio academicismo, para aparentar que todo estaba bajo control, para aparentar una sabiduría que estaba lejos de poseer...
Luego, con el paso del tiempo, corrigiendo errores y apuntalando lo positivo, pude abandonar las apariencias y me gané la libertad de ser profesor[p3] : la libertad de estar en clase con seguridad en mí mismo, con un buen conocimiento de lo que se puede y lo que no se puede hacer en una clase; la libertad de decir lo que pienso, de ensayar nuevas técnicas para explicar un tema, de cambiar formas y modificar contenidos. Y con la libertad llegó la alegría: la alegría de sentirme útil a los demás, la alegría de una alta valoración de mi trabajo, la alegría por haber escapado a la rutina convirtiendo cada clase en una aventura y en un reto intelectual.
Pensar y sentir
El camino y la meta me los marcó Unamuno en una necrológica de Giner de los Ríos, leída por azar en el Boletín de la Institución Libre de Enseñanza: “Era tan hombre y tan maestro, y tan poco profesor -el que profesa algo-, que su pensamiento estaba en continua y constante marcha, mejor aun, conocimiento... y es que no escribía lo ya pensado, sino que pensaba escribiendo como pensaba hablando, pensaba viviendo, que era su vida pensar y sentir y hacer pensar y sentir[p4] ”.
”Era su vida pensar y sentir y hacer pensar y sentir”... Miguel de Unamuno y su preocupación por enlazar pensamiento y sentimiento... Nunca encontré una mejor definición del magisterio: dedicar la propia vida a pensar y sentir, y a hacer pensar y sentir; ambas cosas juntas. Muchos colegas coinciden en este punto. Mª Carmen Díez, desde la escuela primaria, expresa así su visión actual de la enseñanza: “ahora entiendo la escuela como un sitio adonde vamos a aprender, donde compartimos el tiempo, el espacio y el afecto con los demás; donde siempre habrá alguien para sorprenderte, para emocionarte, para decirte al oído algún secreto magnífico”. Fernando Corbalán, un profesor de secundaria, tras hablarnos de que en clase tenemos que divertirnos, buscar el ansia de saber y propiciar una atmósfera de investigación, concluye: “Y no se piense que sólo se abre la mente a los alumnos. También la del profesor se expande y se llena de nuevos matices y perspectivas más amplias, y funciona la relación enriquecedora en los dos sentidos. Mi experiencia, al menos, me dice que algunos de los juegos y problemas con los que he disfrutado, y que sigo utilizando, han tenido su origen en la dinámica de la clase... Y cuando se crea esa atmósfera mágica en clase, con los fluidos intelectuales en movimiento[p5] , pocas actividades hay más placenteras”.
Hace tiempo, descubrí que el objetivo es ser maestro de humanidad. Lo único que de verdad importa es ayudarles a comprenderse a sí mismos y a entender el mundo que les rodea. Para ello, no hay otro camino que rescatar, en cada una de nuestras lecciones, el valor humano del conocimiento. Todas las ciencias tienen en su origen a un hombre o una mujer preocupados por desentrañar la estructura de la realidad. Alguien, alguna vez, elaboró los conocimientos del tema que explicas, como respuesta a una preocupación vital. Alguien, sumido en la duda, inquieto por una nueva pregunta, elaboró los conocimientos del tema que mañana te toca explicar. Y ahora, para hacer que tus alumnos aprendan la respuesta, no tienes otro camino más que rescatar la pregunta original. No tiene sentido dar respuestas a quienes no se han planteado la pregunta; por eso, la tarea básica del docente es recuperar las preguntas, las inquietudes, el proceso de búsqueda de los hombres y mujeres que elaboraron los conocimientos que ahora figuran en nuestros libros. La primera tarea es crear inquietud[p6] , descubrir el valor de lo que vamos a aprender, recrear el estado de curiosidad en el que se elaboraron las respuestas. Para ello hay que abandonar las profesiones de fe en las respuestas ordenadas de los libros, hay que volver las miradas de nuestros alumnos hacia el mundo que nos rodea y rescatar las preguntas iniciales obligándoles a pensar.
Cada día, antes de explicar un tema, necesito preguntarme qué sentido tiene el que yo me ponga ante un grupo de alumnos para hablar de esos contenidos, qué les voy a aportar, qué espero conseguir. Y luego, cómo enganchar lo que ellos saben, lo que han vivido, lo que les puede preocupar, con los nuevos contenidos que voy a introducir. Por último me lanzo un reto: me tengo que divertir explicándolo, y esto es imposible si cada año repito la explicación del tema como una salmodia, con la misma gracia en el mismo sitio y los mismos ejemplos; llevo treinta años oyéndome explicar los temas, en algunas ocasiones, repitiéndolos dos o tres veces en distintos grupos; he calculado que me jubilo el año 2.021 y estoy seguro de que moriré de aburrimiento si me oigo año tras año repitiendo lo mismo, con mis papeles cada vez más amarillos y los rebordes carcomidos. La renovación pedagógica[p7] , para mí, es una forma de egoísmo: con independencia del deseo de mejorar el aprendizaje de mis alumnos, la necesito como una forma de encontrarme vivo en la enseñanza, como un desafío personal para investigar nuevas formas de comunicación, nuevos caminos para hacer pensar a mis alumnos... “pensaba hablando, pensaba viviendo, que era su vida pensar y sentir y hacer pensar y sentir...” Desde esta perspectiva, la enseñanza recupera cada día el sentido de una aventura que te rescata del tedio y del aburrimiento, y entonces encuentras la libertad de expresar en clase algo que te es muy querido. Inmediatamente recibes la respuesta: cien alumnos pican el anzuelo de tu palabra y ya puedes dejar correr el sedal, modulas el ritmo de tu explicación a la frecuencia que ellos emiten con sus gestos y sus preguntas, y la hora se pasa en un suspiro -también para ellos-. Y entonces descubres la alegría: ese momento de magia te recompensa las horas de estudio y te hace sentirte útil en la enseñanza.
No hay mejor regalo de los dioses que encontrar un maestro. A veces tenemos la fortuna de encontrar a alguien cuya palabra nos abre horizontes antes insospechados, nos enfrenta con nosotros mismos rompiendo las barreras de nuestras limitaciones; su discurso rescata pensamientos presentidos que no nos atrevíamos a formular, e inquietudes latentes que estallan con una nueva luz. Y, curiosamente, no nos sentimos humillados por seguir el curso de un pensamiento ajeno; por el contrario, su discurso nos libera y nos ensancha creando en nosotros un juicio paralelo con el que reestructuramos nuestra forma de ver la realidad; y luego, extinguida la palabra, aún encontramos los ecos que rebotan en nuestro interior obligándonos a ir más allá, a pensar por nuestra cuenta, a extraer nuevas conclusiones que no estaban en el discurso original... Este es el objetivo: ser maestros de humanidad[p8] ... a través de las materias que enseñamos, o quizás, a pesar de las materias que enseñamos; recuperar y transmitir el sentido de la sabiduría; rescatar para nuestros alumnos, de entre la maraña de la ciencia y la cultura, el sentido de lo fundamental permitiéndoles entenderse a sí mismos y explicar el mundo que les rodea.
Las dificultades
He hablado de mis precarios inicios en la enseñanza, y de mi visión actual tras treinta años de recorrido profesional; pero, para ayudar a otros a recorrer el mismo camino, tengo ahora que hablar del proceso intermedio, e, inevitablemente, de las dificultades a sortear.
Identidad profesional
El primer problema consiste en elaborar tu propia identidad profesional[p9] . Esto implica cambiar tu mentalidad, desde la posición del alumno que siempre has sido, hasta descubrir en qué consiste ser profesor. Y aquí aparecen los primeros problemas, porque hay enseñantes que no aceptan el trabajo de ser profesor. Las dificultades suelen ser distintas entre los profesores de primaria respecto a los de secundaria.
Entre los de primaria el peor problema es la idealización: la formación inicial que han recibido suele repetir con insistencia lo que el buen profesor “debe hacer”, lo que “debe pensar” y lo que “debe evitar”; pero nadie les ha explicado, en términos prácticos, cómo actuar, cómo enfocar los problemas de forma positiva y cómo eludir las dificultades más comunes. Han aprendido contenidos de enseñanza, pero no saben cómo organizar una clase, ni cómo ganarse el derecho a hacerse oír. Así, se les ha repetido hasta la saciedad la importancia de la motivación para el aprendizaje significativo: “el buen profesor debe motivar a sus alumnos”; pero nadie se ha preocupado de que aprendieran de forma práctica diez técnicas específicas de motivación. Pese a que una de las principales tareas a desarrollar en su trabajo será la enseñanza de la lectura y la escritura, muy pocas diplomaturas de maestro incluyen un curso de lectoescritura, mientras que es frecuente que se dediquen cursos enteros al aprendizaje de la fonética.
Por estos caminos, al llegar al trabajo práctico en la enseñanza, el profesor novato se encuentra con que tiene claro el modelo de profesor ideal, pero no sabe cómo hacerlo realidad. Tiene claro lo que debería hacer en clase, pero no sabe cómo hacerlo. “El choque con la realidad” dura dos o tres años; en ellos el profesor novato tiene que solucionar los problemas prácticos que implica entrar en una clase, cerrar la puerta y quedarse a solas con un grupo de alumnos.
En este aprendizaje por ensayo y error, uno de los peores caminos es el de querer responder al retrato robot del “profesor ideal”; quienes lo intentan descubren la ansiedad de comparar, cada día, las limitaciones de una persona de carne y hueso con el fantasma etéreo de un estereotipo ideal. Desde esta perspectiva, si las cosas salen mal es por que yo no valgo, por que yo no soy capaz de dominar la clase; y, de esta forma, los profesores novatos se ponen a sí mismos en cuestión, y, a veces, cortan los canales de comunicación con los compañeros que podrían ayudarles: ¿cómo reconocer ante otros que yo tengo problemas en la enseñanza, si el “buen profesor” no “debe” tener problemas en clase? Como señala el artículo de Fernández Cruz, la identidad profesional se alcanza tras consolidar un repertorio pedagógico[p10] y tras un periodo de especialización, en el que el profesor novato tiene que volver a estudiar temas y estrategias de clase, ahora desde el punto de vista del profesor práctico y no del estudiante de magisterio.
Entre los profesores de secundaria, el problema de la identidad profesional es mucho más grave. Como señala Fernando Corbalán: “la inmensa mayoría de los profesores de secundaria nunca tuvimos una vocación clara de enseñantes[p11] ... Estudiamos una carrera para otra cosa (matemático profesional, químico, físico,...)”. En efecto, nuestros profesores de secundaria se forman en unas Facultades universitarias de Ciencias y Letras que, ni por asomo, pretenden formar profesores. En ellas predomina el modelo del investigador especialista. Como resultado de este modelo, el profesor que llega al Instituto para explicar Geografía e Historia, y, con un poco de mala suerte un curso suelto de Ética, se identifica a sí mismo como “medievalista”, ya que, durante los últimos cinco años de su vida, la Universidad le ha insistido en la necesidad de estudiar Paleografía, Epigrafía y Numismática, Latín y Árabe para acceder a los documentos medievales, y se le ha iniciado en el trabajo de Archivo, centrándole en una época histórica muy determinada y permitiéndole olvidar el resto de la historia. Al parecer, nadie se ha puesto a pensar en el problema de identidad que sobreviene a nuestro medievalista cuando se enfrenta a una clase bulliciosa de treinta adolescentes en una zona rural o en un bario conflictivo. El sentimiento de error y de autoconmiseración se apodera de nuestro nuevo profesor. El es un investigador, un medievalista, ha pasado dos veranos en el archivo de Simancas preparando su Tesina entre documentos originales que él es capaz de descifrar... ¿por qué le obligan ahora a enseñar Historia General, que no es lo suyo, y, de paso Geografía y Ética? Y, además, descubre horrorizado que los alumnos no tienen el menor interés por la Historia, y que temas claves de su especialidad -como el apasionante tema de su tesina- se despachan con dos párrafos en el libro de texto.
Para colmo, nuestro futuro profesor de secundaria se da cuenta de que no sabe cómo organizar una clase, cómo lograr un mínimo orden que permita el trabajo y cómo ganarse la atención de los alumnos. Aquí, el problema de perfilar una identidad profesional estable pasa por un auténtico proceso de reconversión, en el que el elemento central consiste en comprender que la esencia del trabajo del profesor es estar al servicio del aprendizaje de los alumnos[p12] . ¡Qué duro resulta comprender esto a la mayor parte de nuestros profesores de secundaria y de Universidad! Ellos son investigadores, especialistas, químicos inorgánicos o físicos nucleares, medievalistas o arqueólogos, ¿por qué van ellos a rebajar sus niveles de conocimientos a la mentalidad de treinta adolescentes bárbaros? ¡Hay que mantener el nivel! -gritan exaltados-, y ello significa, en la práctica, que dan clase para dos o tres privilegiados, mientras el resto de los alumnos van quedando descolgados. Y además, hasta el fin de sus días, vivirán la enseñanza rumiando la afrenta de que la sociedad les obligue a abandonar el Olimpo de su investigación para mantener contacto un grupo de adolescentes.
Por contra, algunos profesores consiguen estar a gusto en su trabajo, y descubren que esto pasa, necesariamente, por una actitud de servicio hacia los alumnos, por el reconocimiento de la ignorancia como el estado inicial previsible, por aceptar que la primera tarea es encender el deseo de saber, por aceptar que el trabajo consiste en reconvertir lo que sabes para hacerlo accesible a un grupo de adolescentes... Un viejo maestro me decía que, enseñar al que no sabe está catalogado, oficialmente, entre las obras de misericordia; y, en efecto, hace falta un cierto sentido de la humildad para aceptar que tu trabajo consiste en estar a su servicio, en responder a sus preguntas sin humillarlos, en esperar algunas horas en tu despacho por si alguno quiere una explicación extra, en buscar materiales que les hagan asequible lo esencial, y en recuperar lagunas de años anteriores para permitirles acceder a los nuevos conocimientos. Lo único verdaderamente importante son los alumnos... Esa enorme empresa que es la enseñanza[p13] no tiene como fin nuestro lucimiento personal, nosotros estamos allí para transmitir la ciencia y la cultura a las nuevas generaciones, para transmitir los valores y las certezas que la humanidad ha ido recopilando con el paso del tiempo, y advertir a las nuevas generaciones del alcance de nuestros grandes fracasos colectivos. Esa es la tarea con la que hemos de llegar a identificarnos.
Comunicación e interacción
El segundo problema a solucionar para ganarse la libertad de estar a gusto en clase hace referencia a nuestro papel de interlocutor. Un profesor es un comunicador, es un intermediario entre la ciencia y los alumnos, que necesita dominar las técnicas básicas de la comunicación. Además, en la mayor parte de los casos, las situaciones de enseñanza se desarrollan en un ámbito grupal, exigiendo de los profesores un dominio de las técnicas de comunicación grupal[p14] . Por tanto, ese proceso de aprendizaje inicial, que ahora se hace por ensayo y error, implica entender que una clase funciona como un sistema de comunicación e interacción.
Una buena parte de las ansiedades y los problemas de los profesores debutantes se centran en este ámbito formal de lo que se puede y lo que no se puede decir o hacer en una clase. El profesor novato descubre enseguida que, además de los contenidos de enseñanza, necesita encontrar unas formas adecuadas de expresión, en las que los silencios son tan importantes como las palabras, en las que el uso de una expresión castiza puede ser simpático o hundirnos en el más espantoso de los ridículos. El problema no consiste sólo en presentar correctamente nuestros contenidos, sino también en saber escuchar, en saber preguntar y en distinguir claramente el momento en que debemos abandonar la escena. Para ello hay que dominar los códigos y los canales de comunicación, verbales, gestuales y audiovisuales; hay que saber distinguir los distintos climas que crean en el grupo de clase los distintos tonos de voz que el profesor puede usar: un tono grave y pausado induce al grupo a la reflexión, mientras que si queremos animar un debate debemos subir algo el tono de voz... etc.
Los profesores experimentados saben qué lugar físico deben ocupar en una clase, dependiendo de lo que ocurra en ella; saben interpretar las señales gestuales que emiten los alumnos para regular nuestro ritmo de clase, y el dominio de éstas y otras habilidades de comunicación requiere entrenamiento, reflexión y una constante actitud de autocrítica para depurar nuestro propio estilo docente. Al final, conseguimos ser dueños de nuestra forma de estar en clase[p15] , conseguimos comunicar lo que exactamente queremos decir, y logramos mantener una corriente de empatía con nuestros alumnos.
Disciplina
Otro obstáculo serio a superar, quizás el que genera en los novatos la mayor ansiedad, es el problema de la disciplina. En realidad, es un problema muy unido a nuestros sentimientos de seguridad y a nuestra propia identidad como profesores. En este tema he visto de todo: desde colegas que entran el primer día en clase pisando fuerte, con aires de matón de barrio, porque alguien les ha dado el viejo consejo de que no pueden sonreír hasta Navidad, hasta colegas desprotegidos e indefensos incapaces de soportar el más mínimo conflicto personal. Entre esos dos extremos que van desde la indefensión hasta las respuestas agresivas, el profesor tiene que encontrar una forma de organizar a la clase para que trabaje con un orden productivo. Y, en cuanto comienza a hacerlo, descubre que esto tampoco se lo han enseñado. Se supone que el “buen profesor” debe saber organizar la clase, pero en pocas ocasiones se le ha contado al futuro profesor dónde está la clave para que el grupo funcione sin conflictos.
El viejo supuesto, según el cual, “para enseñar una asignatura lo único realmente importante es dominar su contenido” encuentra en este campo su negación más radical. Entonces, el profesor descubre que debe atender otras tareas distintas a las de enseñar: tiene que definir funciones, delimitar responsabilidades, discutir y negociar los sistemas de trabajo y de evaluación[p16] hasta conseguir que el grupo trabaje como tal. Y esto requiere una atención especial, a la que también hay que dedicar un cierto tiempo. El razonamiento y el diálogo son las mejores armas, junto con el convencimiento de que los alumnos no son enemigos de quienes tienes que defenderte. Mi experiencia me dice que los alumnos son seres esencialmente razonables; es posible que, si te dejas, intenten llevarte al huerto y bajar algo tus niveles de exigencia, pero si la razón te asiste y en ella fundas tu propia seguridad, los alumnos saben descubrir muy bien cuáles son los límites.
Contenidos y niveles
Por último, nos queda el problema de adaptar los contenidos de enseñanza al nivel de conocimientos de los alumnos. El profesor novato tiene que entender que ha dejado la Universidad, tiene que desprenderse de los estilos académicos del investigador especialista, y adecuar su enfoque de los conocimientos para hacerlos asequibles a su grupo de clase. Yo también protesto por el bajo nivel con el que me llegan mis alumnos, pero protestar no sirve de nada, tienes los alumnos que tienes, y con ellos no hay más que una alternativa: o los enganchas en el deseo de saber, o los vas dejando tirados conforme avanzas en tus explicaciones. Hay quien, en salvaguarda del nivel de enseñanza, adopta la segunda opción; pero a mí siempre me ha parecido el reconocimiento implícito de un fracaso; quizás porque, como dije antes, hace tiempo que descubrí que en cualquier asignatura, lo único importante es ser maestro de humanidad[p17] .
El orgullo de ser profesor
Y ahora, ya, el tiempo corre en mi contra. No espero nada nuevo del futuro: he hecho lo que quería hacer, y estoy donde quería estar. Es posible que mucha gente piense que ser profesor no es algo socialmente relevante, pues nuestra sociedad sólo valora el poder y el dinero; pero a mí me queda el desafío del saber y la pasión por comunicarlo[p18] . Me siento heredero de treinta siglos de cultura, y responsable de que mis alumnos asimilen nuestros mejores logros y extraigan consecuencias de nuestros peores fracasos. Y, junto a mí, veo a un nutrido grupo de colegas, en las zonas rurales más apartadas y en los barrios más conflictivos, orgullosos de ser profesores, trabajando día a día por mantener en nuestra sociedad los valores de la cultura y el progreso... entre ellos hay valiosos maestros de humanidad: hombres y mujeres empeñados en enseñar a sus alumnos a enfrentarse consigo mismos desde el preescolar hasta la Universidad.
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MIGUEL DE UNAMUNO (1864-1936)
Escritor, filósofo, humanista. Rector de la Universidad de Salamanca. Autor de una extensa obra literaria en la que destacan sus ensayos, en los que analiza la realidad social con una visión crítica y con una fuerte implicación personal. Se le considera uno de los mejores representantes de la Generación del 98. Su enfrentamiento a la dictadura de Primo de Rivera le llevó al destierro.
FRANCISCO GINER DE LOS RIOS (1839-1915)
Catedrático de derecho de la Universidad de Madrid. En 1876 renuncia a su puesto en defensa de la libertad de cátedra y funda la Institución Libre de Enseñanza, la institución educativa más innovadora en la España de finales del siglo XIX y la primera mitad del siglo XX. Su Residencia de Estudiantes es el centro clave de reunión y de formación de los mejores intelectuales y artistas españoles del siglo XX.

[p1] Considero muy atinada esa manifestación que hace el autor porque comúnmente es la experiencia que trae consigo el docente.

[p2]Estoy de acuerdo porque existen satisfacciones, y también insatisfacciones sobre nuestro quehacer docente.

[p3]La libertad de ser profesor, creo que se constituye cuando uno supera todo tipo de obstáculos que le permiten al docente adquirir una seguridad de si mismo.

[p4]
- Cuando encuentras un placer al encontrar al medio de comunicación mas adecuado hacia los alumnos.
- Creo que la mayoría de los docentes hemos experimentado estas satisfacciones al estar frente al grupo.

[p5]Pienso que es interesante detectar los elementos que intervienen para que una clase sea dinámica.

[p6]Sembrar la duda creo que es el primer elemento esencial para que el alumno se interese por el tema.

[p7]Considero que es de vital importancia en nuestra labor docente el seguir actualizándonos al máximo en estos tiempos en que la tecnología y otros aspectos tienden a rebasarnos.

[p8]Creo que seria interesante orientar a nuestros alumnos una nueva forma de ver la realidad para que ellos detecten lo esencial del conocimiento y tengan otra visión del mundo que les rodea.

[p9]Para conseguir la propia identidad profesional, siento que es la primer resistencia que presentamos los docentes y considero que esto se debe a la formación que ya traemos y que no nos permite aceptar el cambio.

[p10]Consolidar un repertorio pedagógico significa tener a la mano la metodología apropiada para cualquier circunstancia del proceso enseñanza-aprendizaje.

[p11]Considero que uno de los problemas de la mayoría de los docentes es que no traemos bien definido el desempeño de nuestra profesión y ese detalle se acrecienta en los maestros de secundaria y bachillerato, debido a la forma en que incursionaron en dichos subsistemas.

[p12]Creo que uno de los elementos que debemos de tener los docentes para con nuestros alumnos es la empatia, y así tendremos esa comprensión y confianza donde ellos sienten y valoran la aportación del docente.

[p13]Se ha llegado a confirmar con la aparición del nuevo paradigma, el maestro se convierte en un facilitador que auxilia al alumno durante el proceso de enseñanza-aprendizaje.

[p14]Considero que es de vital importancia en el ámbito educativo el hecho de que el docente tenga una apropiada comunicación hacia los alumnos en el momento preciso y en el momento oportuno, ya que es un elemento a solucionar para ganarse la libertad de estos adquirida en clase.

[p15]Ser dueños de nuestra forma de estar en clase significa que el docente ha dominado el panorama y cuenta ya con todos los elementos y herramientas que le permiten abordar su actividad docente de una manera fluida y eficaz.

[p16]Se debe de negociar con el alumno desde el primer día de clase, cual será la mecánica de trabajo y la forma en que se evaluaran los contenidos, en si, se da a conocer el denominado encuadre.

[p17]Ser maestro de humanidad es ser empático a con los alumnos, y de esta manera los conocimientos serán asequibles, ya que serán transmitidos al nivel de los educandos.

Considero que es una de las satisfacciones mas grandes que el maestro recopila después de haber transitado por la ruta de la docencia. [p18]

LOS SABERES DE MIS ESTUDIANTES

LOS SABERES DE MIS ESTUDIANTES

En los tiempos actuales es común observar a la gran mayoría de los jóvenes utilizar la computadora aprovechando muchas horas del día adentrados en el Internet como gran parte de su pasatiempo favorito. A continuación daremos respuesta a las siguientes cuestiones.


¿Qué tanto contacto tienen mis estudiantes al Internet?

¿En que se inclinan los alumnos al navegar en la red?

¿Cuáles son sus preferencias al adentrarse a determinados sitios?

¿Qué serie de actividades efectúan?

¿De que manera se comunican con otros estudiantes?

¿Cómo se aplicaría en mis materias lo que realizan mis alumnos en la Web?

Como compartir ese conocimiento

Con el propósito de detectar los saberes de mis estudiantes se aplico un cuestionario como herramienta de trabajo através de una muestra que comprende alumnos de los tres semestres del Colegio de Bachilleres que lo laboro obteniéndose los siguientes resultados.

Los lugares donde mis estudiantes tienen contacto al uso del Internet son. Donde vive, en los ciber y en los centros educativos y el tiempo que dedican a esta actividad se da entre dos y cinco horas.
Lugares de Internet al que recurren mis estudiantes con el propósito de buscar información, bajar música, fotos y videos que por lo regular algunos de ellos consideran a esta actividad de entretenimiento que entre los más comunes son las siguientes:

Ares y lime wire para descargar música y videos

Real one player para descargar videos

Youtube para ver videos

Wikipedia, monografias.com, eduteka y rincon del vago para realizar investigaciones y elaborar trabajos escolares.

Itunes para reproducir musica y videos en sus ipod

Photoscape y PhotoShop para editar imágenes y fotografias.

Google y Yahoo como buscadores de articulos, libros, software, archivos multimedia

Audacity para mesclar canciones.

Mundosoccer.com para conocer las noticias sobre el futbol internacional, pero con énfasis en mexico.

MyPlayCity para descargar juegos gratis.

MedlinePlus enciclopedia medica.

Mikcrosoft Office Live Workspace para guardar los documentos de Word, Excel y Power Point en linea de manera gratuita.


Enseguida se enlistan las paginas que mis alumnos visitan y los programas que utilizan como espacio social en donde se comunican con amigos, familiares, compañeros y otros tipos de usuarios, donde ademas comparten y publican información:

Hotmail, Yahoo y Terra Mail para comunicarse a travez de correos electronicos

Windows Live Messenger, y terra para comunicarse a travez de la mensajeria instantanea lo que se con ose como chat.

My space, Hi5 y Facebook para compartir y publicar fotos y videos

Metroflog para publicar fotografias y realizar comentarios lo que entre los jóvenes se conoce como firmas.

Blogs para publicar articulos, fotos, videos y realizar comentarios.

Fotoblog para crear un diario de fotografias hospedado en la Web.

Ikimi programa para hacer cualquier tipo de dibujo, incluso sobre otras imágenes o fotografias.


Al observar la gran capacidad que tienen los jóvenes estudiantes a travez de este dinamismo que efectuan al realizar dichas actividades y como sean aprovecharlos en el rubro de la educación formal, se contempla la elaboración de cierta estrategia con la intencion de no desaprovechar conocimiento y habilidades desarrolladas por los mismos.
Dicha estrategia consiste en aplicar una mayor cobertura en el uso del Internet en el desempeño de actividades escolares en las asignaturas del ramo historico social la cual se efectuaria atravez de la siguente:

Incrementar el uso del Internet.

Continuar utilizando los programas específicos del ramo historico social.

Continuar con la elaboración de mapas conceptúales utilizando el Software CMapTools.

Incrementar las actividades en las que se utilizan los blogs de las asignaturas del ramo historico social y aprobecharlos para publicar los trabajos elaborados por los estudiantes

Incrementar el trabajo de las Web Quest.

Se encargen mas trabajos escolares que son entregados, retroalimentados y evaluados atravez de Internet y en los que se pueden utilizar diferentes sotware.


Dar mayor uso al al equipo de computo de la institución, las redes inalambricas de Internet, que los alumnos utilisen sus lap top dentro del aula.

Compartir maestro y alumnos las paginas interactivas, los archivos y programas especiales del ramo histórico - social.

Establecer fechas y horarios para utilizar el chat maestro y alumnos para conversar sobre temas especificos.

Reporter calificaciones por Internet.

Presentar videoconferencias


Las acciones que nos llevaron a realizar las actividades para que se logre la estrategia propuesta se efectuara atravez de una dualidad de enseñanza - aprendizaje que se de entre educador y educando de manera similar la enseñanza se realizara entre alumno, aprovechando a los alumnos que tienen mas dominio sobre el uso del Internet para que ellos comuniquen y compartan el conocimiento con los que carecen un poco menos de ello. Lo importante es que este procedimiento de efectuar el proceso de enseñanza, aprendizaje se efectúa de lugares diferentes, Mediante el Internet y de esta forma se estará compartiendo y construyendo juntos al modo de la sociedad del conocimiento y aprendizaje como propugna Jordi Adell y además movilizar saberes disponibles en la comunidad como lo propone la ética hacker.